18.03.2012 Puente-Cruz de Lorca-Puente

Trece afortunados corredores van a disfrutar de una de las vueltas más bellas de la historia de salidas de Gares BTT .

Los biker en cuestión son: P. el otro, Turbo Anchoas, Mecánico de Guardia, El chico del Turrón (por aclamación popular), Veterano Corredor, Ventolines, Cañerías, El Galgo de Mendi, El que baja prudentemente, Primeros Auxilios, dos nuevos Biker que aún no están bautizados pero todo se andará y servidor Panadero.

Hoy Mecánico augura una vuelta de belleza excepcional  y como cada vez que comenta algo así se cumplen las expectativas con creces, estamos ansiosos por comenzar.

Y  comenzamos atravesando nuestro entrañable puente rumbo Mañeru. Enfilando la vieja y rodada carretera, la gravedad hace su habitual selección de corredores. Ya arriba  “los de primera” esperan a que lleguen los rezagados y vuelvan a coger aliento. Bajamos al pueblo y tomamos un camino que discurre paralelo a la A12 este nos lleva hasta Cirauquí. En la entrada a Cirauquí bajamos una cuesta que bate record de desnivel y es muy comentada por los corredores por su aparente peligrosidad. Más adelante  enlazamos con el camino de Santiago, vamos rodando alegres por el camino hasta que una avería sorprende al Panadero. En el pequeño puente de madera que salva un barranco, al cambiar de piñones, la sirga dice basta. Los mecánicos van adelantados, pero han dicho que esperaran en un P….unto concreto que está a un kilómetro escaso. Los corredores comentan que no hace falta arreglar, que el Panadero siempre va a piñón. Pero al final sienten compasión, el Galgo saca una sirga y los mecánicos comienzan su ritual de reparación e improperios. Solucionado el asunto continuamos el camino y llegamos al tramo embreado que lleva a Lorca, unos eligen el camino y otros continúan por el asfalto. Por el camino a El que baja se le rompe la bolsa de herramientas y las va regalando por el campo sin darse cuenta. Ventolines, que es muy espabilado,  encuentra unos desmontables mientras sube y da la voz de alarma. El balance final, un troncha cadenas en paradero desconocido.

Abandonamos Lorca y el camino de Santiago. Comenzamos una ascensión por un camino de todo-uno bastante cómodo. La gravedad vuelve ha hacer su aparición y las dudas de cual es el camino acertado también. Se para a recobrar el aliento, se cogen los tres GPS del grupo se llega a acuerdo y se decide cual es el camino correcto, que es como no seguir subiendo. El aire parece que quiere ayudar, pero su fuerza es insuficiente como para subir sin dar pedales, que es lo que más de uno querría. Llegamos arriba y tomamos un desvío para poder ir a la Cruz. Un camino espectacular, técnico y divertido, un anticipo de los que estamos a punto de disfrutar.  Por unos senderos llegamos a la cruz, la subida por la cara norte es imposible todos echamos pie al suelo para subirla. Ya arriba, las vista son como no, maravillosas y una en concreto preocupante. El pantano está muy seco, es imprescindible que llueva pronto.

Almuerzo de campo y van dos salidas seguidas, pero la vuelta merece la pena tener que comer barritas. Bueno hay algunos que se lo montan mejor, a Turbo anchoas no le pillan en renuncio y siempre tiene preparado su bocata y su lata. Acabado el banquete volvemos sobre nuestros pasos y disfrutamos una vez más del tramo. Primeros auxilios sufre un percance al intentar sobrepasar un escalón de piedras. Lo tenía prácticamente, pero perdió el equilibro y…..  Ya incorporado asegura que está bien, esperamos que sea así y que posteriormente en frío, no le salgan los dolores.

Llegamos al punto que habíamos dejado para subir a la cruz y comenzamos descenso por la cañada. Si te gustan las trialeras, aquí tienes hasta hartar. En fila india comenzamos como quién dice, a hacer el indio. En este tipo de bajadas no puedes perder comba, sigue la rueda del compañero y vigila los escalones, las piedras sueltas, las matas, las ramas que salen, las dunas de arena. Pero ante todo disfruta, bajadas así no se bajan todos los días. Hay que decir que como se auguraba al principio de la crónica las expectativas se ha cumplido más que con creces y todos felicitan al Mecánico por la elección del trazado.

Entremedio de los tramos de cañada hay tramos de camino nuevo, que sirven para asimilar la adrenalina derramada en los descensos. En uno de esto tramos, en el primero, esperamos para reagruparnos. Ventolines, Veterano y El que baja no aparecen y ya están tardando bastante, comentan Mecánico y Panadero. Algo preocupados suben al encuentro un buen trozo hasta que ven a los tres corredores. Un pinchazo en la rueda delantera de Veterano corredor les ha interrumpido la diversión. Luego nos esteraremos que El que baja prudentemente ha hecho honor a su nombre y al sufrir un percance ha soltado la bici y ha salido airoso del contratiempo. Mecánico y Panadero les dejan algo de margen y se vuelven a lazar para disfrutar nuevamente del deleite del descenso. De nuevo juntos enlazamos tramos de cañada y camino. Algunos corredores sacamos algo de ventaja. Error, ya que hay que estar atentos a los tramos de cañada que no se ven fácilmente y como no nos saltamos uno con la correspondiente reprimenda de los guías.

Se ha hecho tarde, algunos comentan que hemos hecho más paradas que la Villavesa de Pio XII. Así que descartamos llegar a Larraga y tomamos dirección Mendi. Al llegar a Andelos Ventolines, El Galgo y Panadero se escapan por la carretera por que dicen que tienen prisa. Si, si, prisa por echar una cerveza en La Corranda ya que luego se unen con el grupo que han hecho unos tramos de camino por Mendi. Y que van a finalizar en la sociedad de P. el otro.

P.D.

Parece que a partir de ahora me pasan el testigo de las crónicas, gesto que me llena de orgullo y satisfacción. Solo espero poder saltar muy alto para lograr aunque sea rozar el listón que ha dejado Miguel. De todas formas no te creas que te vas a librar tan fácilmente, este find estoy de viaje y seguro que te la vuelven a emplumar…ja…ja..