La mañana se presenta…. (nooo que es coña, uno de nuestros mas fieles lectores me recordó, que casi siempre, las crónicas, comienzan igual, así que, ¡busquemos alternativas!).
Podíamos empezar,”El comienzo del día se nos mostraba….”o” Al levantar la persiana los elementos habían pintado un lienzo compuesto de….”o”El altivo sol encendió su luz para dejarnos ver…” o “Un ajustado traje de verde y gris vestía lo que iba a ser nuestro escenario para hoy…”.Si queréis, buscamos mas entradas, mientras os lo pensáis, yo comienzo.
La calle Mayor amanece con una inusual actividad para este tiempo. Trabajadores varios se afanan en convertirla, por un día, en la Estafeta de Pamplona. Un ir y venir de camiones y camionetas (o fragonetas si lo preferís) hace que los otros domingos señores de la calle, pasemos desapercibidos. Arrinconados en una esquina del puente, observamos este trajín, haciendo que las ganas de partir sean mayores que otros días.
Seis asustados ciclistillas huyen de este ordenado caos.”El veterano corredor”,”Turbo-anchoas”,”El volcán de Larraga”,”Cañerías”,”El chico de los goñis” y “El que suscribe”.Antes de salir nos encontramos con “P.el bueno” que hoy sintiéndolo mucho está de mudanza.
Por el puente viejo nos alejamos de esta irrealidad, buscando el cobijo de la antigua carretera que serpenteante nos acerca a Mañeru.
Un encapotado cielo, que ya empieza escupiéndonos pequeñas chispitas de agua, hace, que cambiemos la ruta prevista. Una vez en Mañeru decidimos encaramarnos a sus palomeras, por una ruta desconocida para la mayoría de los componentes. EL camino, otro tiempo descarnado, esta hoy compactado, haciendo su dura y bella subida más atractiva. Llegamos todos a la conclusión (incluso yo), que algo en la configuración de esta subida la hace atrayente. Se gana bastante altura en pocos metros, y la vista despejada que de ese pequeño valle se extiende hacia Mañeru desde nuestra atalaya, hace que adquiramos consciencia de ello.
Arriba, la fina lluvia arrecia, y nos refugiamos en una caseta de cazadores, reponemos fuerzas y comentamos todo lo que os acabo de referir.
Desde aquí llamo al “Mecánico de guardia”, que junto a “El que baja prudentemente”, han salido mas tarde. Al igual que nosotros han cambiado su ruta, tenían programada la que nosotros estamos haciendo, pero ante la lluvia deciden buscar un camino mas seco. Me avisa que es probable que encontremos barro, ingenuamente le digo que no, que el suelo esta muy compacto. Cinco metros después de colgar, nuestras ruedas desaparecen cubiertas por una especie de plastilina barrosa, tan pegajosa como un chicle en verano a una zapatilla. Decidimos volver por Soracoiz, el camino circula por bosque, y hay bastante hierba, bajamos patinando una pequeña cuesta, que nos deja en un camino de todo-uno, donde nos desprendemos de nuestro molesto amigo.
Hoy el día no esta para disfrutar del paisaje, la fina lluvia arrecia, haciéndose muy molesta pero al acabarse el bosque, aparecen frente a nosotros los restos, del en otro tiempo pueblo de Soracoiz. Todo esta en ruinas, pero la torre de la iglesia se resiste altiva a doblegarse ante las inclemencias y los saqueadores, vista desde aquí y con esta luz resulta espectacular, como si de un gran torreón se tratase, y apenas se notan las heridas que el desuso a producido en la nave principal. Un camino en curva nos hace pasar frente a su puerta, pero unos metros antes recordamos, batallitas pasadas, en las que uno de nuestros componentes , justo en ese sitio, dio con sus huesos en el suelo, en una caída tonta, que estuvo apunto de tener graves consecuencias.
La bajada es rápida, pero la hacemos con precaución, la lluvia es muy molesta y no se disfruta, pasamos junto a Artazu, casi sin enterarnos, vemos Puente al fondo y seguimos la línea que nos conduce a el. Justo antes de llegar, pega un demarraje poniéndose en cabeza “El volcán de Larraga” y es que ni de los últimos que vienen te puedes fiar.
Bajamos desde el camping y por el puente como si de una puerta del espacio tiempo se tratase entramos en la Estafeta y nos tomamos un pote en la sociedad del “Volcán” en medio del asunto.
A se me olvidaba, mención especial merece “Cañerías” que ayer fué a Javier en bici y hoy a salido como si nada y encima dando caña.
Saludos “El que suscribe”