(11-03-2012) Puente-Perdón-Cendea Galar-Puente

Hordas de peregrinos invaden la calle Mayor como si de un episodio The walking dead se tratase. Caminan errantes ocupando todo el ancho de la calle, igual que los zombies de la serie aludida. Y es que ya se acerca la primavera y se dan las condiciones climatológicas adecuadas para que este tipo de seres prolifere.

Al final de la calle, espera el puente viejo y en él doce intrépidos corredores. Personas que tampoco son normales y es que hay que estar muy locos para madrugar un domingo, enfundarse un maillot, ensillarse una bici y tirar millas con frío, calor, lluvia, aire…..

Lo dicho doce aguerridos corredores: Ventolines, El galgo de Mendi, La gacela de Puente, Cañerías, Turbo anchoas, P. el bueno, Primeros Auxilios, Saltamontes, El volcán de Larraga, El profe con su cuñaaaaaaoooooo Patxi y Panadero Veloz. También acuden a la cita Mecánico de guardia, que está enfermo y (iba a poner el que suscribe, pero no quedaría bien)  hay que buscar un mote definitivo para Miguel. Bueno el caso que él tenía que sarmentar, yo personalmente prefiero la otra parte del dicho.

Hoy sin los lideres, GPS de rigor, toma las riendas de la aventura P. el Bueno. subiremos al perdón por el monte.

Por grupos, con diferentes temas de conversación, salimos del pueblo con dirección a Gomacín. Al llegar al camino de todo-uno que lleva directo a la ermita, la Gacela tiene problemas con la cadena y el Profe nos deleita con una de sus plásticas caídas en parado. Continuamos con la subida y al llegar a la entrada de la ermita cogemos un desvío, daremos un poco más de vuelta pero se evita la subida del corral. Enlazamos alguna bajada que no conduce a unas piezas sembradas, es aquí donde apreciamos que hace muchísimo tiempo que no llueve. La tierra de estas piezas parece arena de playa y cuesta más que de costumbre atravesarlas. Llegamos a la subida de verdad y la Gacela comenta “Bueno, ahora, sálvese quien pueda”  y eso es lo que ocurre, cada uno impone su ritmo y así todos se salvan.

Al llegar arriba hay que buscar cobijo, el aire trae en su ADN nieve de las montañas cercanas y el frío se acentúa. Y llega el premio, el almuerzo. Bueno premio, premio para Turbo anchoas que saca su bocadillo de reglamento y una lata de Coke. Se sienta en el suelo y disfruta de sus viandas como si de Caviar de Beluga y Don Periñon se tratase. Los demás, los típicos frutos secos, barritas y fruta.

En la bajada hacia la carretera y otra vez cogemos un desvío, con un camino tan complicado que nos obliga a saltar a la pieza. Que tampoco ha sido fácil de pasar, había unas piedras como los menhires de Obelix. Seguimos subiendo por la carretera del perdón hasta el cruce del camino santiago. Saltamontes nos saca una foto en el emblemático monumento dedicado a los peregrinos. En este punto El Volcán de Larraga se vuelve para el pueblo, tiene compromisos familiares y la vuelta va a ser algo larga.

Comenzamos el descenso hacia Zabalzagain.  Algo camicace, pero hacer el camino de santiago al revés es lo que tiene. Como hablábamos al principio de la crónica, los peregrinos son seres que caminan errantes y cuando encaras a uno suele hacer el quiebro hacia donde diriges la bici. Pero bueno, la culpa es nuestra por meternos en su hábitat.

A la altura del caserío de Guenduláin, abandonamos el camino de Santiago dirección Galar. Un ancho y aparentemente profundo charco nos hace bordearlo y a su vez equivocar la ruta que debíamos llevar. Unos doscientos metros más adelante saltamontes se da cuenta y decidimos abordar el camino correcto atravesando otra pieza. Ya en el camino indicado llegamos a Galar enfilamos la carretera que nos acerca a Esparza de Galar, donde encontramos un pequeño tramo de camino que está condenado en la carretera que más atrás no quisimos coger. De aquí en adelante todo carretera, Arlegui, Subiza, Olza, Biurrun, que menuda cuestita tiene por la cara norte, bueno por la norte la sur, por donde vayas hay que subir.

Ya de ventas de Ucar tomamos de nuevo el camino de Santiago, pero esta vez el tramo de Somport. Aquí comienzan las miradas de reojo y los desarrollos contenidos, el ritmo aumenta y esto hace una pequeña selección de corredores algo aventajados.

Ya pasando Eneriz no hay concesiones, ahora el ritmo es casi de contrarreloj. Y es que la cervecita de rigor ya casi se saborea. Y es por eso, por las ganas que tienen de saborearla, por lo que los dos corredores, Cañerías y el Panadero, se adelantan a los demás yendo a la sociedad de Primeros auxilios, cuando los demás querían haber ido a la de P. el bueno, pero mientras haya cerveza el enfado dura poco.