miércoles, 24 de julio de 2013

CRONICA DE LA VUELTA PUENTE PERDON BELASCOAIN SARRIA PUENTE



La mañana promete,(se, que uno de mis máximos seguidores, dirá, que es un comienzo muy utilizado en mis crónicas, pero hoy, después  de la primavera que llevamos, creo que es necesario) Por fin, unos largos rayos de sol nos tienden sus brazos, invitándonos, al disfrute de la mañana y así lo entendemos, por que, diecinueve ciclistillas, a los que en Obanos se nos unirá "El veterano corredor" ( que nos demostrara, que pese a sus sesenta y tres años, puede con todo lo que le echen) acuden a la habitual cita

Primero los nuevos o los que estaban sin bautizar (luego diréis que las crónicas son largas, todavía no he empezado y ya, para poner los nombres necesito medio folio).
Las nuevas adquisiciones son "Goliat" y "Malos pelos", los que todavía no tenían nombre son "Virutas ocasionales","El Guadiana" y "Hierba-buena" y luego los demás "P.el bueno","Turbo anchoas","La gacela de Puente","Panadero veloz","Ventolines","El que baja prudentemente" (o mejor dicho, el que bajaba prudentemente),"El flautista","Carlin","El mecánico de guardia", "Cañerías","El saltamontes"," El chico de los Goñis","El reincidente" ( al que pido perdón, ya que una torpeza mía, hace que acabe con sus huesos en el suelo) y en ultimo lugar (puesto que ocupo en el pelotón ) "El que suscribe" .

En alegre galopar nos encaminamos hacia Obanos, para recoger a nuestro ultimo componente .
Al fondo, el Perdón es una gran muralla que separa Valdizarbe de la cuenca de Pamplona, nos proponemos escalarlo por una de sus mas duras subidas. Un pequeño pliegue acoge la que será nuestra ruta, escondido entre pinos un vertical camino , con mal piso,  nos acerca despacio a la cima, el buen día hace que cada uno lo afronte  de distinta manera. El suelo esta mejor de lo pensado y el transitar se haceeeeee, ¿cómodo?, después de rato subiendo, el camino se suaviza y se ve la carretera, pero antes nos espera una sorpresa, una corta rampa con inclinación incalculable y piedras sueltas , es la ultima (de momento).
Ya arriba comentamos alegremente las sensaciones de la subida , reponemos fuerzas y socializamos un poco ya que en la subida era imposible .
Un problema técnico hace que todos miremos nuestras existencias buscando un recambio con punta fina pero todos la tenemos gorda y los que no, la tienen de 29, estos son los problemas de no tenerla todos igual, real como la vida misma, al final todo se soluciona y aparece un tímido que la tiene también fina .

Por toda la cresta de la sierra, comenzamos el andar hacia abajo, unos deprisa, otros despacio, alternando nuestra vista a derecha e izquierda,  el paisaje es igual de espectacular a ambos lados. En una de esas alternancias, observamos que no todo el paisaje es inmóvil, y mi actual compañero de viaje y yo mismo  apreciamos la perfección equidistante de formas  de una  de esas florecillas ,(  que, raramente nos topamos en nuestro andar) , destacando especialmente la vista de esta,  cuya orografía se complementa  con el cresterio de los altos Pirineos sin desentonar un ápice.
 Junto a la ermita paramos para contemplar la Cuenca, se nos antoja majestuosa, con su extenso manto verde cubriéndolo todo, y coronada con los altivos Pirineos, que para aparentar mayor grandeza, se han vestido de blanco, Por la izquierda , La peña de Echauri seguida del Txurregui y el Gaztelu, cierran un cuenco de plata que acoge en su seno la primavera teniendo como centro, la vieja Iruña que en su seno se siente segura .
A la izquierda de la sierra el paisaje  se diluye en la lejanía, terminando en lo que nos parece entender que es el Mediterráneo( se que me he pasado, pero no queda mal),!! Pero paraaa!!, El Moncayo parece que se ha acercado a nosotros, para mostrarnos que, Él, es el señor de la zona sur y también trae su manto de armiño , se planta majestuoso y enorme entre toda la planicie. Valdizarbe, la Ribera, Montejurra, Monjardin, El cresterio riojano,  y dios sabe cuanto mas somos capaces de ver desde nuestra atalaya,¡ no dan ganas de moverse!, pero el camino restante , es largo. Nos lanzamos cuesta abajo, topándonos con infinidad de caminantes que al igual que nosotros, están deseosos de un día de sol . En el puente que sobre la antigua carretera ,  corona el puerto del Perdón, dos de nuestros componentes nos abandonan.

Después de bajar toca subir , una pista que sigue por la cresta nos acerca  a la parte Oeste de la sierra, para mostrarnos otro valle que oculto acoge también en su seno la primavera,  enseñándolo solo a los intrépidos que ávidos de vistas se asoman a ese balcón.

La pista nos deja en la entrada de una senda , en  fila de uno ( no puede ser de otra manera) como indios, de no se que tribu ( bueno en realidad de muchas, esto es lo que tiene esta gran familia de la bici), nos adentramos en la espesura de esta ruta creada para el disfrute de ciclistas y paseantes ,pronto la senda se abre dejándonos junto a una palomera, de ahí  un camino suave nos deja en el comienzo de una bajada, vertiginosa divertida, peligrosa, técnica , en fin imagino que cada uno le pondrá un adjetivo , pero el caso es que a nadie deja indiferente.

Casi en la entrada de Arraiza, "El mecánico de guardia" , saca un as de la manga y nos descubre una ruta que no sabemos de donde coño ( se puede decir coño, si no se pude me lo decís) la a descubierto, sinuosa, fresca, muy arbolada, vamos la autopista vegetal ideal. Bueno sigamos que ya llevo tres folios y justamente hemos pasado la mitad del recorrido, aunque pensándolo bien como hace tiempo que no escribo si os cansáis, la leéis en tres partes y así compensáis la ausencia de otras crónicas.
 Retomemos, que se me va la onda, el camino nos deja en otro camino que vertical nos conduce a Belascoain, con todo lo que a llovido ese camino es un riachuelo así que , navegando por el desembarcamos en el pueblo donde reponemos fuerzas ante la ultima gran subida.
 Cualquier momento es bueno para charlar un rato, y ante lo que nos queda la charla se alarga mas. Por una de las calles del pueblo nos plantamos en la pista buscada, que irónicamente empieza en bajada, agarrados a nuestros cuernos tiramos para ayudar a la bici ( ya se que algunas no tienen cuernos).El camino trepa serpenteante ,las conversaciones hacen que nos olvidemos un poco del camino, menos cuando no podemos hablar, subimos y subimos y en un momento el camino desaparece en un pequeña explanada, la ancha pista se convierte en un tímido camino que intrigante se adentra en el monte. El comienzo de la senda es empinado y requiere un poco de fuerza y habilidad, así que nos  acomodamos para ver cuanto de una y otra tiene cada uno de nuestros componentes. Unos pasan sin problemas, otros con la bici en la mano y "El Guadiana" comienza bien, pero en un momento dado desaparece entre unas matas, que lo acogen como si de una cuna se tratase , bueno eso creo, por que al segundo estaba en la bici, pasa mucho esto se llaman caídas espejismo, cuando crees que alguien se ha caído , lo has visto pero luego te entran dudas.

Las sendas siempre son acogedoras y esta no lo es menos, antigua vía de comunicación entre Belascoain y Villanueva ( a done nos dirigimos) hoy  es ruta para el ocio.
 En un momento de nuestro rodar , los árboles  desaparecen por la derecha, cambiándose por un mirador natural, que haciéndonos sentir grandes nos muestra el tranquilo andar , del Arga, abajo, en el valle . La senda continua ascendiendo, pronto unas vacas nos avisan que estamos cerca del antiguo pueblo, hoy esos montones de piedras que antiguamente fueron casas, guardan en su interior, junto con nuestra curiosidad, la historia de como fue la su vida en el pasado.
 Con la bici en la mano, entramos en la plaza del pueblo ¿habría plaza? .Un nuevo ganado , a venido a vivir a Villanueva, junto a la valla que los contienen, el propietario y los  ganaderos los contemplan, tras cruzar unos saludos con ellos proseguimos nuestro caminar, y nos lanzamos cuesta abajo (son las ganas de llegar, mas que las fuerzas las que empujan), dejamos atrás Villanueva para por Agos entrar en tierras del Señorío, Una puerta nos deja en Sotes, atravesamos por entre sus viñas, buscando la carretera, que tras varias curvas, nos deja encima del castillo, pero el disfrute de estas vistas lo dejamos para otro día, hoy lo que cuenta es llegar así que lentamente, unos mas que otros, vamos caminando de punta a punta por Sarria hasta llegar a su portalada ,hoy cerrada, y como ladrones (saltando) lo abandonamos.
 Cuando los últimos llegamos a la sociedad, donde reponemos líquidos y rememoramos anécdotas, ya queda muy poco del nutrido grupo con que salimos.

 Y así termina otro capitulo mas de las andanzas de unos ciclistillas  intrépidos y curiosos.


  Siempre a disposición de vuestras criticas.
                                      El que suscribe